Entradas

Siempre en la primera vez.

Imagen
Tal vez me equivoque, pero siempre he pensado que no se quiere bien o mal, solo se quiere o no. Que las cosas hechas por amor no se dicen y que querer mejorar también es un acto de amor y no solo por otra persona. Me he cuestionado todo lo que hago, lo que le hago, lo que le digo y de la forma en la que lo pienso. Me pregunto en qué momento yo me convertí en un par, en un ambos, en un juntos. En cómo día a día, el cuerpo, la mente y el espíritu se va entregando, se va desvaneciendo en el otro. Como de a poco el yo se va mutilando y construye otro cuerpo. Como ahora, junto a usted la comida sí sabe bien. Es verdad, muchas veces no me reconozco. Mi familia me dice que no me reconoce, que así no era yo y que los ojos sí se ponen vidriosos; no se cómo explicárselo ni cuantas veces se lo he dicho, pero realmente no sé cómo sentir estas primeras veces. Me convencí en que podía ser una roca, sentir lo necesario y tener todo bajo control. No querer demás por miedo, y ¿porque qué tal no funcion

Un huracán.

Imagen
Créame, odio lo que pienso, odio aún más como se sienten esos pensamientos.  Yo soy mi propio juez, jurado y verdugo. Día a día hago mis cosas para lidiar con mi mierda.  Soy yo la que vive con esa pesadez en la cabeza y el pecho. Cada uno siente la misma inseguridad de diferentes formas.  Y todas están llegando como los vagones de un tren: una tras otra, rápido, no se detienen; no paro de mirar una cuando la otra ya está aquí, comiéndome el alma. Todos dicen disfrútelo, vívalo, aproveche, pero ¿cómo lidio con mi propio auto sabotaje?, ¿qué hago cuando me siento insignificante frente a su pasado o su presente? ¿Qué hago con todo este huracán de nuevas emociones y sentimientos? ¡Salud porque estamos vivos! Salud porque la batalla ha sido dura, cada día más pesada, cada vez más ruda, más agresiva. Salud porque hemos visto el fondo y sin embargo flotamos.  Salud porque en diciembre y enero me ahorqué en soledad, me asfixié entre abrazos, amor y personas. Por eso le pedía que se quedara. ¡

Florecer.

Imagen
¿Se ha preguntado sobre el futuro?  ¿sobre usted?, ¿lo ha carcomido la ansiedad del no saber?, ¿de la zozobra?  Yo todo el tiempo combino el pasado con el futuro, es como si me sintiera perseguida y viera el punto a donde debo llegar, pero aún no lo alcanzo. Me sobrepasa el pasado, como si algo me amarrara a él.  He estado en una montaña rusa, en un sube y baja, en plenitud, y en descenso, me ha costado, porque cuando mejor me siento, esa otra voz me impregna, me oscurece, me marchita. Me ahoga, como si del pecho me quisieran salir murciélagos, como si mis manos perdieran el control. Como si el cuerpo y la mente se amangualaran para ir en contra mía. Es difícil comer, dormir, sentir calor.  Este cuerpo cambiante, que desde mis ojos es difícil de ver, lo he cortado, agotado, ahorcado, golpeado. De a pocos lo he matado  ¿cuánto más tiene que aguantar? ¿qué tan fuerte es?  Existen dos en mi, la voluntad y el aislamiento, es peculiar, porque cuando una se levanta con ganas de atrapar el mu

Sobre mi.

Imagen
No he podido volver. No me he podido arrancar las emociones, y plantarlas en otro cuerpo. A veces quisiera, solamente tener calma, no abrir los ojos, no despertar, solo irme. Perdón, es que no la estoy pasando bien y ya no quiero estar aquí.   A los 14 años me crecieron espinas en el útero, desde mi primer experiencia sexual. Recuerdo muy poco de hecho. Imágenes en negro. Solo dolor y ocasionalmente la sombra de un hombre sobre mi. Perdón, estaba ebria.  Desde esa vez, fue una constante situación de sentirme como me siento ahora. Sí, la sensación es similar. Para ese entonces, me alternaba entre terapia y el psiquiatra, ir a la clínica me dejaba peor. Perdón, solo tenía 15.  Constantemente me cortaba, me encerraba en mi habitación o en el baño, me acurrucaba y solo metía mi cabeza entre las piernas, cuando lloraba y temblaba. Perdón, no entendía qué me pasaba.  Con el tiempo, los antidepresivos y el alcohol, todo se fue haciendo fácil, tal vez, todo empezó a tomar forma y el sol salía

Mal querer.

Imagen
¿Cómo se quiere bien?  ¿Cómo se devuelven las promesas que estorban?,  ¿cómo se vuelve a creer?  No entiendo lo difícil que soy, mi egoísmo al querer, mi predisposición. Ese autosabotaje a todo lo que implica desbordar sentimientos. Me hago jaque mate. No me dejo.  Siento que no se querer. Que nadie me sabe querer, que soy difícil de querer,  ¿quién me va a querer? Que nunca llego en el tiempo correcto, si es que hay un tiempo correcto. Siempre es antes o después, nadie está listo para mi, las personas siempre están en otro momento, nunca cuadro, nunca soy precisa. Nunca soy yo la decisión.  Últimamente nunca estoy bien, tengo momentos fugaces de euforia, pero cuando te vas todo está en el piso, todo de parte, se deshace. Solo quiero una noche larga, eterna, que el dolor se duerma, que se apague por un momento. Que me sueltes, que desaparezcas. Que todo pase muy rápido, luces, alcohol, gente cantando. Que mi cerebro solo se bloqueé, que los pensamientos no se vuelvan en negro y me deje

Letargo.

Imagen
A veces pienso en qué tan difícil se pondrá el futuro, podré aguantarlo, qué pasará con papá y sus deudas o con mamá y sus achaques. Con mi hermano mayor, su familia. Qué pasará conmigo. A veces imagino en qué tan crudo será dejar este plano para no vivir el fin. ¿Se sentirá como sumergirse en el pedazo más escalofriante de la canción? No empezar a extrañar, no vivir hablando de cómo el pasado se contoneaba para que la vida se sintiera tranquila, no sentir faltas, no buscar, no sentir. No respirar. Mi ansiedad me juega en contra, así como me activa, me destruye, me desmorona. Abre vacíos que creí que había recuperado. Agujeros que estaban muy dentro, que llevan una melancolía incrustada, que ahoga. En este punto, todo me afecta, todo es negro, todo me hace recordar cosas, todo me irrita, de nuevo me culpo. Algunos días son buenos, brillan, recargan y besan la cara. Otros solo me ponen a nadar en las cobijas a las 3 de la mañana. Recuerdo que cuando era pequeña, tenía como 15 años, en u

El sueño.

Imagen
Te he soñado. He pasado noches enteras dibujándote mientras duermo, mi subconsciente te enmarca, te llama, constantemente te hace preguntas, que él mismo se responde. Las noches se gastan en la liquidez de tu cara ¿por qué no te desvaneces?  Te he buscado en otras formas, ha funcionado, el subidón me llena el alma de flores, pero a la fuerza me obligo a bajar, a poner los pies sobre las margaritas, a hacer que la gravedad me sostenga y te alejes.  ¿Eres tú?, solo quiero que me partas la cara con honestidad, que esclarezcas esta mente fría, cerrada y nublada, mi nube. Hazme pensar con el corazón o simplemente ayúdame a borrarte de ahí.  Porque yo, querido, soy un coctel de emociones, cápsulas de inseguridades, una bocanada de miedos. Se me estalla el pecho de hechos y dichos; pero cuando me defiendo nada sale, todo queda adentro, pudriéndome como el cigarrillo. Soy tantas cosas, al mismo tiempo que solo quiero romper en llanto, para que mi alma pueda encontrar tranquilidad.  ¡Dilo tú!,